Cristiada

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Por el estreno en España de la pelicula mexicana Cristiada

Comunión Tradicionalista Carlista

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Comunión Tradicionalista

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A.E.T.

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La Hispanidad

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HISPANIDAD

Hispanidad-Hispanismo:

Foro Hispanismo.org:
http://hispanismo.org
Conceptos-Idea-Historia de la Hispanidad:
http://www.filosofia.org/ave/002/b033.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Hispanidad


Por qué somos TRADICIONALISTAS

Por qué somos TRADICIONALISTAS y qué es el Carlismo:


1.Para defender los derechos de la PERSONA y la FAMILIA
2. Para lograr una EDUCACIÓN EN VALORES
3. Para dignificar LA VIDA POLÍTICA
4. Para mejorar la representación política de la SOCIEDAD
5. Para hacer realidad LOS DERECHOS DE LAS REGIONES sin olvidar la solidaridad entre “Las Españas”
6. Para potenciar la VIDA MUNICIPAL
7. Fortalecimiento de la SOCIEDAD
8. Para conseguir una SANIDAD eficaz y humanizada
9. Para mejorar la JUSTICIA y la seguridad de todos
10. Para un correcto aprovechamiento del AGUA
11. Para atender los problemas de la VIVIENDA
12. Para ordenar la INMIGRACIÓN
13 Para proteger y dar a conocer nuestro PATRIMONIO cultural y natural
14. Para defender nuestra personalidad en EUROPA
15. Para una justa y eficiente gestión económica


  Objeciones y Respuestas sobre el Carlismo:

El tradicionalismo es muy antiguo
Sí, ¿y qué?. El tradicionalismo es antiguo como la música clásica, los monumentos nacionales, la boina, los juegos olímpicos, la romería del Rocío o la tortilla de patata. Y también es antiguo el liberalismo, el marxismo, el PSOE, etc. Antiguo, en principio, no quiere decir ni bueno, ni malo.

El tradicionalismo está pasado de moda


El tradicionalismo nunca estuvo de moda. Porque moda es lo que pasa de moda. El tradicionalismo es lo que es y si tiene que triunfar no será mediante el engaño o el seguidismo superficial de las modas. No se basa en adaptarse a las encuestas de cada momento, es la gente que convencida de lo que quiere lo acepta como es. No es un movimiento de modas.

El tradicionalismo está fuera de época



El tradicionalismo son los tradicinalistas. Los tradicionalistas podremos ser pocos, pero estamos tan vivos como nuestros enemigos. Así pues, la época de los tradicionalistas vivos es esta, la presente.


El tradicionalismo es un conjunto de perdedores

Si el triunfo o el fracaso consisten en la conquista del poder político el tradicionalismo es, por ahora, un movimiento perdedor. Sin embargo a pesar de la derrota militar, la Tradición ha influido en la realidad española más de lo que reconoce la doctrina liberal oficial. ¿Cómo sería hoy España si no hubiera existido el tradicionalismo carlista?


El tradicionalismo ya triunfó cuando Franco.

Falso. El tradicionalismo fue utilizado por Franco. El decreto de unificación con Falange fue una operación hecha desde arriba sin contar con la dirección de la Tradición. Sus miembros más destacados, fueron condenados a muerte y luego al exilio. En cuanto a si los principios tradicionalistas triunfaron o no, y en qué medida, habría mucho que discutir. Si nuestra bandera es la que es se debe a que fueron los Carlistas de la Tradición los primeros en sacarla a la calle, por ellos la tenemos al igual que otras cosas que la gente ignora.


El tradicionalismo va contra el mundo moderno.


El mundo moderno va contra la monarquía tradicional, contra la concepción cristiana de persona y de familia, contra la utilización racional, ecológica y sostenible de los recursos naturales, contra la estabilidad psicológica de la gente, contra la inocencia de los niños, contra la feminidad de las mujeres, contra la virilidad de los hombres, contra la espiritualidad y la religión, contra la moralidad y el buen gusto de las costumbres, contra el respeto que se merecen los mayores, contra las entidades sociales anteriores a los estados-nación, contra las ballenas y la diversidad biológica... también va contra el Tradicionalismo Carlista.




El tradicionalismo no tiene sentido en el mundo moderno.


El tradicionalismo tiene mucho sentido en el mundo moderno precisamente porque se opone a él.


Los tradicionalistas son enemigos de la evolución natural de las cosas.


No, esto no es así, nosotros no nos oponemos por principio a la evolución de todas las cosas. Lo que pasa es que hay evoluciones y evoluciones. No vamos a rechazar los avances en la ciencia y tecnología que ayuden al ser humano y que sean compatibles con la doctrina de la fe. Por ejemplo, aceptamos y usamos los avances médicos pero rechazamos rotundamente el aborto porque es un CRIMEN.

El carlismo es un movimiento contrarrevolucionario. Es decir contrario a la revolución, no es partidario de otra revolución que "desrevolucione" lo que se ha revolucionado.


El Carlismo es sólo para hombres. No hay mujeres. Es machista.


Falso. Lo que apartó a la mujer de la vida pública fue la revolución liberal. La "mujer objeto" nace en la sociedad liberal. En la Europa cristiana pre-liberal existieron reinas de verdad (no comparables con Isabel II, que fue una "reina objeto") y el derecho a voto no era voto masculino, sino voto familiar. El sufragio universal no es instaura en España hasta 1934 y fuimos los carlistas los primeros en pedirlo. 



Son teocráticos


Sabemos que Dios es el centro de todo, pero no somos teocráticos porque creemos que los hombres son libres incluso hasta para desobedecer al que es el Centro de todo.

El carlismo compromete la tarea evangelizadora de la Iglesia
El
carlismo es un movimiento de laicos que actuan como católicos en el ámbito político bajo su exclusiva responsabilidad. ¿No habrá sido más comprometedor el papel de una democracia cristiana que, nacida y mantenida a la sombra de la Iglesia, ha sido incapaz de crear instituciones cristianas?

 
La Confesionalidad está pasada de moda. La Iglesia ya no la defiende.



Falso. La confesionalidad de las instituciones es un bien que debe ser reconocido como tal por todo católico.
- El carlismo no es un movimiento religioso y no puede vincularse a una opción litúrgica o a una espiritualidad concreta renegando de la pluralidad legítima que existe dentro de la Iglesia. Se equivocan quienes levantan la bandera del rito tridentino como si fuera una bandera política. También se equivocaron hace años los que pretendieron vincular el carlismo a la moda de la teología de la liberación.

La monarquía tradicional es absolutista



CARLOS V
Un rey tradicional para ser rey, debe jurar antes las leyes, renovando así el pacto con el pueblo. Y tiene además el límite clarísimo de la Ley de Dios que no puede en ningún caso transgredir. Su poder está pues limitado, por arriba y por abajo. En cambio un parlamento liberal, al divinizar la voluntad humana según la soberanía popular puede dictar de forma absoluta las leyes más absurdas. Por lo tanto es más absoluto el poder de un parlamento moderno que el de un rey tradicional.


¿Qué es el carlismo? ¿Qué extraño fenómeno histórico ha permitido su supervivencia hasta hoy durante casi dos siglos en la historia de España?

El Carlismo es una reivindicación legitimista ante la usurpación producida en 1833 a la muerte del Rey Fernando VII. La legislación española, semisálica, determinaba que la sucesión a la Corona debiera haberse producido en la persona del hermano del Rey, el Infante Don Carlos, saludado como Carlos V por sus partidarios. En cambio, un verdadero golpe de Estado encubierto llevó al trono a Isabel, la hija de cortísima edad del fallecido Fernando VII y María Cristina de Nápoles.
1ª. La Guerra estalló con fuerza en toda España, en especial en el País Vasco, Navarra, Castilla y Cataluña, y duró siete años.
2ª. Todavía en el decenio de los cuarenta, con el hijo de Carlos V, Carlos VI, volvería la Guerra, la conocida como Segunda Guerra Carlista.
3ª. Entre 1872 y 1876, con Carlos VII, nieto de Carlos V, una Tercera Guerra durante la que gobernó en diversas zonas de España.
4ª. Incluso la “Guerra de España”, entre 1936 y 1939, tuvo en algunas regiones (piénsese por ejemplo en la legendaria Navarra) un importante componente carlista, así como la Comunión Tradicionalista fue una de las fuerzas decisivas en el Alzamiento y posterior victoria, no obstante el alejamiento progresivo respecto del régimen de Franco. Alejamiento, sin embargo, no se olvide, del todo distinto del de republicanos, socialistas y comunistas, al estar inspirado en los viejos principios de la Tradición española y no en las ideologías de la modernidad.
Bien puede entenderse que si el Carlismo hubiese sido un simple pleito dinástico difícilmente hubiera podido sobrevivir más allá de algunos decenios. Su prolongación en el tiempo viene a demostrar, en cambio, que la cuestión legitimista actuó como banderín de enganche de otras motivaciones con las que se fundió en una unidad inextricable.


Tradicionalismo y Liberalismo

Siempre se ha oido decir que los que cuentan la Historia son los que la ganan.
Parece pretencioso, podemos pensar que no es así, que lo que nos han estado enseñando es lo verdadero.

Se nos ha enseñado, desde hace decenios, una idea de España que hemos asumido sin rechistar. Por ello no entendemos muchas de las cosas que a dia de hoy nos suceden.

Se nos ha venido contando (con unos u otros matices) la idea de una España más o menos homogenea aunque con peculiaridades siempre periféricas. Desde esas zonas y por los mismos motivos se ha culpabilizado siempre a la pérfida Castilla, origen de todos los males. En la zona Oriental o antiguo Reino de León unos siguen tirando piedras sobre esa Castilla maligna y otros se sienten apedreados porque piensan que pertenecen también a ella, aunque con los particularismos tipicos que nadie puede negar.

TODO ESTE LIO TIENE SU ORIGEN en la instauración en España del Estado Liberal a través de las Revoluciones liberales del siglo XIX, de inspiración francesa, que borró la historia de la Tradición y de la España Tradicional. Contra esas ideas extrangeras luchó el pueblo español en la llamada Guerra de Independencia y en las 3 guerras civiles siguientes conocidas como Guerras Carlistas.

Las ideas de la sacrosanta Constitución de Cádiz de 1812 fueron precisamente contra lo que los españoles lucharon en la guerra contra los franceses. Una MINORIA deslumbrada por las ideas de la ilustración (y por medio de las logias) fueron los que finalmente le dieron la vuelta a la tortilla. Contra ellos también lucharon posteriormente los tradicionalistas (llamados carlistas). Puesto que perdieron lo que se nos ha contado es la versión de los vencedores.

Antes de esos procesos revolucionarios liberales existía una España Tradicional con una sólida fe católica y la conciencia de que cada territorio debía gobernarse según sus costumbres y no por condiciones otorgadas o imposiciones, lo que no quitaba para una solidaridad y unidad de acción ante los intereses generales. Los Tradicionalistas lo llaman "Las Españas". En ellas había sitio para todos.

En la reciente película "Bruc-el desafio" esos catalanes modélicos que lucharon por España no es cierto que lo hiciesen por la España liberal sino por la de la Tradición.

Castilla también luchó por esa Tradición en las guerras de las Comunidades. Los héroes comuneros a los que tanto se ensalza en esta Autonomía Castellano-leonesa no es cierto que luchasen por una Castilla autonómica, lo hicieron por la Tradición. No por Estatutos de Autonomía sino por los Fueros y contra las ideas extrangeras.

Mienten cuando nos cuentan la Historia. Nos dan una visión deformada y partidista de la realidad.

La España de la Tradición es la España Foral, en la que cada antiguo reino se gobierna así mismo según sus costumbres y atendiendo al principio de subsidiariedad, donde cada territorio auténticamente histórico (no inventados) recaudaba sus propios impuestos y cedía una parte a un gobierno general regido por un Monarca que hacía más cosas que las de felicitar la Navidad.

Vivimos en un Estado raro, pues es inventado, con Autonomías pintorescas, fueron un "invento", que gastan sin límite y son pedigueñas, pues el dinero básicamente se lo sisan al Estado que para apaciguar a los buitres se queda vacio. Vivimos en un estado en la práctica laico (no cristiano) aunque la venerada Constitución no incluya esta palabra ("ninguna religión tendrá caracter Estatal", art.163). Por ello algunos se preguntan "¿Qué parte del mandato constitucional de laicismo no entiende cierta gente?"..., la pregunta-trampa que utilizan los que atacan en esta ofensiva laica a la Iglesia Católica y a las raices y costumbres católicas de España.

De todos los defectos de la España de la Transición es de donde surgen todos los males que vivimos hoy en dia. Una Transición que la histografía liberal contemporanea ha insistido hasta la saciedad en mostrarnos como modélica, cuando ahora son visibles de forma evidente todos sus enormes fallos y desajustes.

La creación de unas llamadas "Autonomias" inventadas (las "Autonosuyas" de Vizcaino Casas), la inclusión del término "nacionalidades", unas competencias eternamente abiertas, una buena voluntad a la hora de no querer imponer ninguna religión a nadie pero que los laicistas utilizan como base para justificar el ataque a lo católico (Cierre del Valle de los Caidos, desmontaje de "La Piedad", etc), una defensa ambigua del derecho a la vida pues permite el aborto (que es un CRIMEN)...Y todo eso se nos ha venido contando como lo modélico, a través del dominio de la historiografía, las leyes de educación y los medios de control de masas (llamados de comunicación).

Pues eso, que los que cuentan la historia son siempre los que la ganan, lo que no quiere decir que sea cierta. Debemos acatamiento y respeto a nuestra Ley Suprema pero la misma nos reconoce el derecho a modificarla (Título X, art.166-169).

Podemos no aceptar la verdad oficial sino ser críticos con ella y trabajar por una España acorde a nuestras raices cristianas y a nuestra verdadera Tradición.


D. Carlos María Isidro de Borbón y Borbón-Parma


"Carlos V a sus amados vasallos: Bien conocidos son mis derechos a la Corona de España en toda la Europa y los sentimientos en esta parte de los españoles, que son harto notorios para que me detenga a justificarlos. Fiel, sumiso y obediente como el último de los vasallos a mi caro hermano que acaba de fallecer, y cuya pérdida, tanto por sí misma como por sus circunstancias, ha penetrado de dolor mi corazón, todo lo he sacrificado: mi tranquilidad, la de mi familia; he arrostrado toda clase de peligros para testificarle mi respetuosa obediencia, dando al mismo tiempo este testimonio público de mis principios religiosos y sociales. Tal vez han creído algunos que los he llevado hasta el exceso, pero nunca he creído que puede haberlo en un punto del cual depende la paz de las monarquías. Ahora soy vuestro rey; y al presentarme por primera vez a vosotros bajo este título, no puedo dudar un solo momento que imitaréis mi ejemplo sobre la obediencia que se debe a los príncipes que ocupan legítimamente el trono y volaréis todos a colocaros bajo mis banderas, haciéndoos así acreedores a mi afecto y soberana munificencia. Pero sabéis, igualmente, que recaerá el peso de la justicia sobre aquellos que, desobedientes y desleales, no quieren escuchar la voz de un soberano y un padre que solo desea hacerlos felices."
Octubre de 1833. Don Carlos




CARTA DE S.A.R CARLOS MARÍA ISIDRO A S.M.C FERNANDO VII

Mi muy querido hermano de mi corazón, Fernando de mi vida:
He visto con el mayor gusto, por tu carta del 23 que me has escrito, aunque sin tiempo, lo que me es motivo de agradecértela más, que estabas bueno, y Cristina y tus hijas; nosotros lo estamos, gracias a Dios. Esta mañana, a las diez, poco más o menos, vino mi secretario Plazaola, a darme cuenta de un oficio que había recibido de tu ministro de esta Corte, Córdova, pidiéndome hora para comunicarme una Real orden que había recibido: le cité a las doce, y habiendo venido a la una menos minutos, le hice entrar inmediatamente; me entregó el oficio para que yo mismo me enterase de él; le vi y le dije que yo directamente te respondería, porque así convenía a mi dignidad y a mi carácter y porque siendo tú mi rey y mi señor eres al mismo tiempo mi hermano, y tan querido toda la vida, habiendo tenido el gusto de haberte acompañado en todas tus desgracias. Lo que deseas saber es si tengo o no intención de jurar a tu hija por Princesa de Asturias. ¡Cuánto desearía poderlo hacer! Debes creerme, pues me conoces, y hablo con el corazón que el mayor gusto que hubiera podido tener sería el de jurar el primero, y no darte este disgusto, y los que de él resulten; pero mi conciencia y mi honor no me lo permiten: tengo unos derechos tan legítimos a la Corona, siempre que te sobreviva y no dejes varón, que no puedo prescindir de ellos, derechos que Dios me ha dado cuando fue su voluntad que yo naciese, y sólo Dios me los puede quitar concediéndote un hijo varón, que tanto deseo yo, puede ser que aún más que tú: además, en ello defiendo la justicia del derecho que tienen los llamados después que yo, y así me ves en la precisión de enviarte la adjunta declaración, que hago con toda la formalidad a ti y a todos los soberanos, a quienes espero se la harás comunicar.
Adiós, mi muy querido hermano de mi corazón; siempre lo será tuyo, siempre te querrá, te tendrá presente en sus oraciones este tu más amante hermano, Carlos.

PROTESTA QUE ACOMPAÑA ESTA CARTA
Señor:
Yo, Carlos María Isidro de Borbón y Borbón, Infante de España: Hallándome bien convencido de los legítimos derechos que me asisten a la corona de España, siempre que sobreviviendo a V.M. no deje un hijo varón, digo, que ni mi conciencia ni mi honor me lo permiten jurar ni reconocer otros derechos; y así lo declaro.
Palacio de Ramalhao, 29 de Abril de 1833.
Señor: A.L.R.P. de V.M. Su más amante hermano y fiel vasallo.
M. el Infante Don Carlos.

CARLOS MARÍA ISIDRO DE BORBÓN Y BORBÓN-PARMA, CARLOS V es el primer rey carlista, cabeza y fundador de la llamada Dinastía carlista o legítima, en realidad la continuidad legítima de la Dinastía histórica española. Nació en el Palacio Real de Madrid, en 1788, hijo segundo del Rey Carlos IV. Casó en primeras nupcias con María Francisca de Braganza, y en segundas con la hermana de ésta, María Teresa, Princesa de Beira. Luchó en la Primera Guerra, o de los Siete Años. La traición de Maroto le obligó a ir a Francia, seguido por diez mil voluntarios, que fueron con él al destierro.
Abdicó en 1845 en favor de su hijo Carlos Luis. Murió en Trieste, el 10 de marzo de 1855. En su honor, su nieto Carlos VII instituyó la fiesta de los Mártires de la Tradición. Está enterrado en la Capilla de San Carlos Borromeo, de la Catedral de San Justo, en Trieste, con sus dos esposas. En su tumba se halla la siguiente inscripción:

D.O.M.
Carolus V Hispaniarum Rex
in prosperis modestis in adversis constans
pietate autem insignis
Obdormuit in pace Domini
VI id. mart. an MDCCCLV
aetatis vero suase LXVI mense XI die IX
et
hic tumulator maximo pop. et. cleri
concurso
XVII kal. apr. ejusd. an.
R.I.P.
"A Dios Óptimo Máximo. Carlos V, Rey de las Españas, modesto en la prosperidad y constante en la adversidad, pero insigne en su piedad, durmiose en la paz del Señor el 10 de marzo del año 1855 a la edad de 66 años, once meses y nueve días. Aquí enterrado con gran concurso del pueblo y del clero el 16 de marzo del mismo año. Descanse en paz."